miércoles, 14 de septiembre de 2011

Rima III Gustavo Adolfo Bécquer



Sacudimiento extraño
Que agita las ideas,
Como huracán que empuja
Las olas en tropel;

Murmullo que en el alma
Se eleva y va creciendo,
Como volcán que sordo
anuncia que va a arder;

Deformes silüetas
De seres imposibles;
Paisajes que aparecen
Como a través de un tul;

Colores que fundiéndose
Remedan en el aire
Los átomos del iris
Que nadan en la luz;

Ideas sin palabras,
Palabras sin sentido;
Cadencias que no tienen
Ni ritmo ni compás;

Memorias y deseos
De cosas que no existen;
Accesos de alegría,
Impulsos de llorar;

Actividad nerviosa
Que no halla en qué emplearse;
Sin rienda que lo guíe
Caballo volador;

Locura que el espíritu
Exalta y enardece;
Embrïaguez divina
Del genio creador...
¡Tal es la inspiración!

Gigante voz que el caos
Ordena en el cerebro,
Y entre las sombras hace
La luz aparecer;

Brillante rienda de oro
Que poderosa enfrena
De la exaltada mente
El volador corcel;

Hilo de luz que en haces
Los pensamientos ata;
Sol que las nubes rompe
Y toca en el cenit;

Inteligente mano
Que en un collar de perlas
Consigue las indóciles
Palabras reunir;

Armonïoso ritmo
Que con cadencia y número
Las fugitivas notas
Encierra en el compás;

Cincel que el bloque muerde
La estatua modelando,
Y la belleza plástica
Añade a la ideal;

Atmósfera en que giran
Con orden las ideas,
Cual átomos que agrupa
Recóndita atracción.

Raudal en cuyas ondas
Su sed la fiebre apaga,
Oasis que al espíritu
Devuelve su vigor...
¡Tal es nuestra razón!

Con ambas siempre en lucha
Y de ambas vencedor,
Tan sólo el genio puede
A un yugo atar las dos.

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