viernes, 25 de agosto de 2023

La casa de la montaña

En lo alto de una imponente montaña se alzaba una misteriosa casa, rodeada de densos bosques y rodeada por una niebla perpetua. La gente del pueblo cercano hablaba en susurros sobre la casa, ya que se decía que estaba maldita. Se rumoreaba que los dueños, un anciano matrimonio llamado Samuel y Eliza, habían muerto en circunstancias extrañas y que sus cuerpos descansaban bajo los cimientos de la casa. La leyenda decía que Samuel y Eliza habían vivido una vida tranquila y feliz en la cima de la montaña. Eran conocidos por su amabilidad hacia los demás y por su amor inquebrantable el uno al otro. Sin embargo, un oscuro secreto parecía acechar a la pareja. Una noche de tormenta, los lugareños aseguraban haber escuchado gritos desgarradores provenientes de la casa, seguidos de un silencio sepulcral. Cuando finalmente alguien se atrevió a acercarse, encontraron la casa desierta y en completo desorden, pero de Samuel y Eliza no había rastro alguno. Los años pasaron y la casa en la cima de la montaña quedó abandonada, pero su aura siniestra permanecía. La gente afirmaba ver luces parpadeantes en las ventanas durante las noches sin luna y escuchar susurros en el viento. Se creía que los espíritus de Samuel y Eliza todavía vagaban por su hogar, tratando de revelar la verdad detrás de su desaparición. Algunos aventureros valientes decidieron investigar el misterio. Descubrieron diarios antiguos en los que Samuel y Eliza habían registrado sus pensamientos y temores. En las páginas desgastadas, describían una presencia oscura que se había infiltrado en sus vidas, llenándolas de paranoia y desconfianza mutua. A medida que pasaba el tiempo, sus relaciones se volvían cada vez más tensas, y los diarios revelaban su lucha por mantener su amor intacto. Finalmente, en una última entrada, Samuel confesó que había matado accidentalmente a Eliza durante una acalorada discusión, bajo la influencia insidiosa de la presencia malévola que los acosaba. Atormentado por lo que había hecho, decidió enterrarla en el lugar que más amaban: bajo los cimientos de su hogar. Con esta revelación, la maldición que había envuelto a la casa comenzó a desvanecerse. Los espíritus de Samuel y Eliza finalmente encontraron la paz, y la casa dejó de ser un lugar de temor. Los lugareños comenzaron a cuidarla y a restaurarla, convirtiéndola en un monumento a la trágica historia de amor y tragedia. La montaña ya no estaba marcada por el misterio oscuro, sino por la redención y la esperanza de que incluso en la oscuridad más profunda, el amor verdadero podía encontrar una manera de brillar. FUENTE: I.A.

miércoles, 23 de agosto de 2023

La Misteriosa Desaparición de Sabrina: Un Vacío en Nuestros Corazones

En un tranquilo vecindario, donde las casas se alinean en armonía y las risas de los niños llenan el aire, ha surgido un sentimiento de pesar que se extiende como una sombra sobre los corazones de sus habitantes. Todo comenzó el día en que Sabrina, la gata que llenaba de alegría y travesuras los hogares de muchos, desapareció misteriosamente, dejando tras de sí un profundo vacío. Sabrina, con su pelaje suave como el terciopelo y sus ojos curiosos que parecían contener todo el universo, solía pasear por los jardines y callejones del vecindario con una gracia inigualable. Su presencia era como un rayo de sol en los días nublados y una amiga leal en los momentos de soledad. Sin embargo, un día, tras un paseo habitual, no regresó a casa. La preocupación inicial se convirtió en angustia cuando las horas se convirtieron en días y los días en semanas. Cada rincón del vecindario fue explorado en busca de algún rastro de Sabrina. Los niños que solían reír mientras jugaban con ella ahora recorrían las calles con la esperanza de encontrarla. Los adultos, con linternas en mano, exploraban cada esquina y escondite. Sin embargo, su búsqueda fue en vano, y el paradero de Sabrina permanecía envuelto en un misterio que nadie podía resolver. La ausencia de Sabrina dejó un hueco en el corazón de todos aquellos que la conocieron. Los momentos de juego en el jardín y las noches acurrucados en el sofá mientras ronroneaba quedaron grabados en la memoria de todos. Los vecinos comenzaron a recordar cómo Sabrina había sido parte de sus vidas de maneras que nunca habían imaginado; su desaparición había resaltado la importancia de su presencia. Aunque Sabrina no ha regresado, su espíritu sigue vivo en el vecindario. En cada ventana entreabierta y en cada pequeño rincón soleado, su recuerdo parece susurrar a través del viento. El deseo de su regreso persiste, y mientras tanto, la comunidad se ha unido en solidaridad para apoyar a la familia de Sabrina en su búsqueda y esperanza. En esta pequeña porción de mundo, la ausencia de una gata llamada Sabrina ha dejado una huella imborrable. Su desaparición recordó a todos que las conexiones que forjamos con los seres queridos, sean de dos patas o cuatro, son verdaderamente especiales. Y así, mientras el misterio de su desaparición permanece sin resolver, Sabrina sigue viva en los corazones y recuerdos de aquellos que la amaron. Fuente: I.A. Fotografía Olga Bertinat de Portillo

viernes, 18 de agosto de 2023

El gallito Chiquitín: Por Olga Bertinat de Portillo

En una granja hermosa y llena de árboles había nacido un pollito muy pequeño. Entre sus hermanos era el más chiquitito. La Mamá Gallina al verlo tan pequeñín se preocupó mucho y fue a visitar a Mamá Pata para que lo viera y para que le diera su opinión. -No te preocupes, Mamá Gallina-dijo la Mamá Pata. Tu pollito es hermoso, fuerte y sanito. Al escuchar las palabras de Mamá pata, la Mamá Gallina se tranquilizó y se fue contenta a su casa. Los días pasaron rápido y el pollito chiquitín era muy distinto a sus hermanos que crecían sin parar, notándose en sus patas, que eran cada vez más largas; sin embargo él, tenía las patitas tan cortitas que no le permitían saltar y subirse a los troncos como lo hacían sus hermanos. Las plumas del pequeñín también eran diferentes pues a medida que pasaba el tiempo el pollito iba tomando un color blanco como algodón y se iba transformando en un hermoso gallito. Sus hermanos también crecieron y ahora ya eran gallos y gallinas de color marroncito y le doblaban en estatura. El pequeñín muy curioso quiso saber el porqué de esa diferencia entre sus hermanos y estuvo haciendo preguntas por todo el corral. Habló con la Señora Vaca, con Doña Cabra y con Doña Yegua que era muy viejita; todas ellas conocían mucho de la vida. Todas las señoras sonrieron cuando el gallito les preguntó porqué él era tan diferente a los demás. Todas ellas le dieron la misma respuesta: -En las diferencias está la belleza; no te preocupes por ellas. Simplemente vive la vida y busca tu felicidad. °CUENTOS y POEMAS Día de la niñez 2023 LA NIÑEZ Y EL PLANETA Lanzamiento especial Día de la niñez-Paraguay 16-08-2023 Dra. Norma Raquel López Jara EDITORIAL KAÑY

lunes, 14 de agosto de 2023

La desesperación: Poesía atribuída a José de Espronceda



Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oír los aquilones
horrísonos bramar,
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas la tierra iluminar.

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.

Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.

Que el trueno me despierte
con su ronco estampido,
y al mundo adormecido
le haga estremecer,
que rayos cada instante
caigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamento
me agrada mucho ver.

La llama de un incendio
que corra devorando
y muertos apilando
quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano,
volverse todo tea,
y oír como chirrea
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Me gusta una campiña
de nieve tapizada,
de flores despojada,
sin fruto, sin verdor,
ni pájaros que canten,
ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre
la muerte en derredor.

Allá, en sombrío monte,
solar desmantelado,
me place en sumo grado
la luna al reflejar,
moverse las veletas
con áspero chirrido
igual al alarido
que anuncia el expirar.

Me gusta que al Averno
lleven a los mortales
y allí todos los males
les hagan padecer;
les abran las entrañas,
les rasguen los tendones,
rompan los corazones
sin de ayes caso hacer.

Insólita avenida
que inunda fértil vega,
de cumbre en cumbre llega,
y arrasa por doquier;
se lleva los ganados
y las vides sin pausa,
y estragos miles causa,
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Las voces y las risas,
el juego, las botellas,
en torno de las bellas
alegres apurar;
y en sus lascivas bocas,
con voluptuoso halago,
un beso a cada trago
alegres estampar.

Romper después las copas,
los platos, las barajas,
y abiertas las navajas,
buscando el corazón;
oír luego los brindis
mezclados con quejidos
que lanzan los heridos
en llanto y confusión.

Me alegra oír al uno
pedir a voces vino,
mientras que su vecino
se cae en un rincón;
y que otros ya borrachos,
en trino desusado,
cantan al dios vendado
impúdica canción.

Me agradan las queridas
tendidas en los lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello...
¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!


Una escena de la serie 'Harlots. Cortesanas' 

https://www.elindependiente.com/tendencias/2017/07/07/cortesanas-el-negocio-del-sexo/


Fuente de la poesía: http://www.hispanoteca.eu/Literatura%20ES/Jos%C3%A9%20de%20Espronceda%20-%20Textos.htm


 

Lugares bellos y vida silvestre

Mamá con su hijito
La semana pasada estuve en el Club Monday de Ciudad del Este, me encantó poder observar monitos que viven el el lugar y que sobreviven pese a la deforestación y degradación de sus hábitats.

Una madre con su hijito en la espalda recorría el lugar buscando alimentos.

Fotos: Olga Bertinat

Vista del Río Paraná



Los monitos acercándose para buscar 
alimento