Lectura y Animación: La lectura como medio para despertar vocaciones y como elemento de iniciación artística.
jueves, 27 de enero de 2022
Apis mellifera: Un insecto fuera de serie
lunes, 24 de enero de 2022
Apicultura: Las abejas en la mira
Curso de Apicultura, Nueva Alborada, Itapúa |
La Ley 665/77 de Apicultura en su artículo primero expresa: “Declárese a la apicultura como una actividad de importancia económica y social, debiendo protegerse a la abeja doméstica como insecto útil y a la flora apícola como riqueza nacional”.
En este sentido la ley es clara y determina una
orden de protección de las abejas como insecto benéfico.
Este insecto pequeño y pocas veces valorado en
su total dimensión es el ejecutor de una de las labores más importantes desde
el punto de vista agrícola: la polinización.
Esta actividad llevada a cabo por las abejas y
en menor escala por otros insectos y animales es vital para la fructificación
de las plantas.
En una flor encontramos los granos de
polen que son las células reproductoras
masculinas. Este polen debe fusionarse con las células reproductoras femeninas
(óvulos) a través del proceso de la fecundación. Luego de ese proceso el ovario
maduro de la flor se convierte en fruto y los óvulos fecundados en semillas.
Sin la presencia de las abejas, el polen que es
trasladado por las patas y el cuerpo de estos insectos, muchas veces no
llegaría a fecundar los óvulos y no tendríamos frutos ni semillas.
La palabra polinización proviene de polen. Es
importante saber que hay polinizadores como mariposas, abejorros, murciélagos y
picaflores que también realizan este proceso fundamental en las plantas y que
nos asegura la biodiversidad.
En países donde las abejas fueron exterminadas,
la polinización debe realizarse en forma manual y el porcentaje de fecundación
obtenido decae notablemente. Además para poder polinizar grandes extensiones se
necesita suficiente personal humano (en China realizan esta polinización manual
en frutales y es muy chocante ver a hombres y mujeres trepados en los árboles).
En países como el nuestro en que las leyes no se cumplen a cabalidad, las abejas están
siendo exterminadas por el mal uso de los plaguicidas, por la aplicación en horarios
inadecuados y por los ingredientes activos utilizados que son sumamente nocivos
para ellas.
Existen plaguicidas como los neonicotinoides que están prohibidos en la Unión Europea (UE);
sin embargo en nuestro país se siguen utilizando. Los organismos estatales
controladores, deberían enfocarse en las abejas como insectos benéficos y
propiciar su protección. Bien sabemos de la importancia de los cultivos
extensivos en nuestro país, pero debemos aprender a trabajar de forma conjunta
ambas actividades agrícolas (apicultura-agricultura) pues una depende de la
otra para que la biodiversidad del planeta no se pierda.
Lo mismo ocurre con la flora apícola que de
acuerdo a la ley 665/77, estas especies son consideradas “riqueza nacional” como se establece en el
artículo primero. Es importante que las abejas tengan alimento y es de estas
especies de donde ellas extraen el néctar y el polen que transportan luego a su colmena (como
alimento, no sin antes realizar la labor de polinización).
Estas especies de la flora deberían implantarse
en avenidas, plazas, parques, paseos centrales, es decir, que se debe propiciar
a las abejas el alimento necesario para
su conservación.
Con la deforestación alcanzando porcentajes
alarmantes, pérdida de hábitats de especies y falta de protección a las abejas,
corremos el riesgo de perder en poco tiempo la biodiversidad que representa
nuestro legado a las generaciones
futuras. A este paso de destrucción en cincuenta años las distintas especies
tanto animales como vegetales se habrán reducido en un 40% .
La ambición desmedida, la corrupción y la falta de políticas conservacionistas son
ingredientes de un cóctel mortal para el futuro de nuestra flora y fauna;
quedando nuestros débiles recursos naturales dando manotadas de ahogado en un escenario para nada alentador.
Olga
Bertinat de Portillo
domingo, 23 de enero de 2022
El colapso de las abejas
El universo de las abejas (Apis mellifera L.) es sin dudas fascinante: miles de ellas habitan una colmena y realizan diferentes trabajos en una sincronía que llega a la perfección. Si consideramos que esta especie es vital polinizadora de los vegetales, podríamos comenzar a desesperarnos pues este insecto va desapareciendo y de su conservación depende nuestro futuro.
Si
bien los científicos plantean varias teorías que explican su disminución, aún
no pueden afirmar con exactitud cuál es la causa principal Una de ellas apunta a
la utilización excesiva de productos químicos utilizados en la agricultura
(insecticidas, herbicidas, etc.). Otra es la utilización de aparatos celulares,
cuyas señales pueden crear confusión en el sentido de orientación de las abejas
que no pueden regresar a la colmena, lo que causa su muerte en el campo.
La
cantidad de pesticidas (30 diferentes) encontrados en el polen recolectado,
evidencia que el problema es mucho mayor de lo que pensamos. A todo esto se
suma la deforestación masiva y la falta de cumplimiento de leyes ambientales
que hace que las especies melíferas sean escasas lo que reduce el alimento de
las abejas. Con hábitats degradados y sin políticas de protección es imposible
pensar en un futuro con alta diversidad biológica de especies vegetales y de
insectos.
De
acuerdo a investigaciones, en el mundo hay alrededor de 17.000 especies de
abejas. De ellas, muchas han desaparecido y otras están en peligro crítico. Según
la investigadora y docente Concepción Ornosa de la Universidad Complutense de
Madrid "En la Península Ibérica ya no existen algunas que había hace 30
años". Ella asevera que este declive puede hacer que desaparezcan numerosas
especies vegetales dependientes de estos polinizadores, lo que afecta
directamente a nuestra alimentación.
Si
bien en Paraguay contamos con la Ley 665/77 de Apicultura faltan medidas más
duras para hacer cumplir la Ley que en su artículo primero expone cuanto sigue:
ART
1º “DECLÁRESE A LA APICULTURA COMO UNA
ACTIVIDAD ECONÓMICA Y SOCIAL, DEBIENDO PROTEGERSE A LA ABEJA DOMÉSTICA COMO
INSECTO ÚTIL Y A LA FLORA MELÍFERA COMO RIQUEZA NACIONAL”
La
ley es clara y beneficiosa para las abejas y para la flora melífera; pero la
voluntad política es negligente, pues la ley no se cumple y no pasa nada: no se
aplican multas, no hay castigos, absolutamente nada.
Es
importante recordar que en los meses más calurosos las abejas suelen salir de
sus nidos o colmenas: es lo que se denomina enjambrazón y ellas no saben que los
lugares que eligen para instalarse pueden ser inapropiados. Simplemente se
instalan y la gente les tiene miedo por sus picaduras y no encuentran “mejor
manera de eliminarlas” querociándolas con insecticidas en spray o quemándolas sin
saber que estos hechos son considerados delitos.
El
Programa Nacional de Apicultura y Meliponicultura (PRONAM) es un programa que
se encuentra vigente y se extenderá hasta 2020.Tiene como objetivo general
“Incrementar en forma sostenida y sostenible la competitividad y productividad
de la producción Apícola y Meliponícola”.
Recordemos
que tan sólo en caso de que se críen abejas del género Apis se denomina apicultura(cuando
tienen aguijón).La meliponicultura
es la crianza de las abejas meliponas o abejas sin aguijón.
Es
esperanzador saber que existen programas nacionales que puedan revertir la
situación catastrófica de las abejas y así contribuir con la sobrevivencia de
las mismas.