viernes, 8 de julio de 2016

Palabra del día de la RAE: inconar

Viernes, 8 de julio de 2016
1. tr. coloq. El Salv. y Ven. enconar (‖ infectar).
enconar
 
Del lat. inquināre 'manchar', 'contaminar'.
1. tr. Inflamarempeorar una llaga o parte lastimada del cuerpoU. m. c. prnl.
2. tr. Irritarexasperar el ánimo contra alguienU. t. c. prnl.
3. tr. Cargar la conciencia con alguna mala acciónU. m. c. prnl.
4. tr. coloq. Ven. infectar (‖ invadir un microorganismo patógeno un ser vivo).
5. prnl. Obtener interés o lucro indebido en el caudalhacienda o negocio que semaneja.

http://dle.rae.es/?id=F8h5QKD

La familia de Pascual Duarte Camilo José Cela

Resultado de imagen para la familia de pascual duarteCamilo José Cela (1916), uno de los escritores españoles fundamentales del siglo XX, es autor de una extensa obra literaria, que va del cuento, la poesía y los libros de viajes al ensayo, las memorias, los artículos periodísticos, el cuento y la novela. Miembro de la Real Academia Española de la Lengua, recibió en 1989 el Premio Nobel de Literatura. Entre sus novelas destacan La familia de Pascual Duarte, La colmena (publicada por El Mundo en la colección Millenium I), Mazurca para dos muertos y Viaje a La Alcarria. La familia de Pascual Duarte, publicada en 1942 e inscrita en el llamado «tremendismo» literario, es la primera novela de Cela y la que inicia su reconocimiento por parte de la crítica y el público. El novelista ofrece en estas páginas la transcripción de las memorias de Pascual Duarte, un asesino que espera la ejecución en la cárcel de Badajoz, avisando de que es « un modelo de conductas», pero « un modelo para huirlo». El famoso comienzo de estas memorias -«Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo»- señala ya la congoja de un hombre que puede ser tomado como una hiena o como un manso cordero, «acorralado y asustado por la vida». Sucesivas desgracias van rompiendo el equilibrio de Pascual: la muerte del padre por rabia, la del hermano tonto al ahogarse en una tinaja de aceite, la del segundo hijo por un «mal aire traidor». Entonces, una extraña sed de sangre le impulsa en los momentos más desafortunados a matar a quien le hace daño, ya sea animal o persona. Una y otra vez parece que el destino le fuerza a actuar bárbaramente, olvidando con su terrible fatalismo que había nacido para «rosa en un estercolero». Esperando la muerte, junto con el frío ejercicio de la memoria que registra crímenes, injurias y huidas, le invade a Pascual Duarte un rudo arrepentimiento, más intuitivo que racional, que no deja de ser sincero a pesar de su ambigüedad. Terrible en su tremendismo, exacta en desvelar un alma desgraciada, la novela se abre paso entre la sombría dureza de la vida, lacónica, impactante.


Fragmento

Cuando tocó a enterrarlo, don Manuel, el cura, me echó un sermoncete en cuanto me vio. Yo no me acuerdo mucho de lo que me dijo; me habló de la otra vida, del cielo y del infierno, de la Virgen María, de la memoria de mi padre, y cuando a mí se me ocurrió decir que en lo tocante al recuerdo de mi padre lo mejor sería ni recordarlo, don Manuel, pasándome una mano por la cabeza me dijo que la muerte llevaba a los hombres de un reino para otro y que era muy celosa de que odiásemos lo que ella se había llevado para que Dios lo juzgase. Bueno, no me lo dijo así; me lo dijo con unas palabras muy justas y cabales, pero lo que me quiso decir no andaría, sobre poco más o menos, muy alejado de lo que dejo escrito. Desde aquel día siempre que vela a don Manuel lo saludaba y le besaba la mano, pero cuando me casé hubo de decirme mi mujer que parecía marica haciendo tales cosas y, claro es, ya no pude saludarlo más; después me enteré que don Manuel había dicho de mí que era talmente como una rosa en un estercolero y bien sabe Dios qué ganas me entraron de ahogarlo en aquel momento; después se me fue pasando y, como soy de natural violento, pero pronto, acabé por olvidarlo, porque además, y pensándolo bien, nunca estuve muy seguro de haber entendido a derechas; a lo mejor don Manuel no había dicho nada -ala gente no hay que creerla todo lo que cuenta- y aunque lo hubiera dicho... ¡Quién sabe lo que hubiera querido decir! ¡Quién sabe si no había querido decir lo que yo entendí!

Tomado de Internet:

http://letrahispanica.com/blog/wp-content/uploads/2012/02/cela_la_familia_de_pascual_duarte2.pdf

https://www.google.com.py/search?q=la+familia+de+pascual+duarte&espv=2&biw=1366&bih=667&site=webhp&source=lnms&tbm=isch&sa=X&sqi=2&ved=0ahUKEwiIn_eSweTNAhVJTZAKHXjfC-EQ_AUIBigB#imgrc=6vC43rmey4AhMM%3A