domingo, 14 de septiembre de 2025

Abejas: una ley olvidada, una urgencia presente por Olga Bertinat de Portillo

En 1977, el Paraguay promulgó la Ley Nº 665 de Apicultura. En sus artículos se reconocía la importancia de las abejas, se promovía la protección de la flora apícola y se instaba al Estado a fomentar la investigación, la enseñanza y la organización de los apicultores. Fue una visión adelantada a su tiempo: ya entonces se advertía que las abejas eran más que productoras de miel, eran guardianas de la fertilidad de la tierra y del equilibrio natural. Sin embargo, casi medio siglo después, esa ley parece letra muerta. ¿Qué pasa con las disposiciones que obligan a proteger a las colmenas frente al uso de agroquímicos? ¿Qué sentido tiene declarar a las abejas como riqueza nacional si cada día mueren miles por fumigaciones irresponsables, deforestaciones y la falta de control real sobre quienes envenenan el ambiente? El artículo de la ley que hablaba de promover la investigación y la enseñanza debería verse reflejado en escuelas, universidades y programas de extensión rural que eduquen sobre la importancia de las abejas. Pero en la práctica, los apicultores se sienten abandonados y la ciudadanía ignora que la desaparición de estos insectos es también la desaparición de su propio futuro alimentario. La Ley 665/77 no necesita ser reemplazada: necesita ser cumplida. Necesita voluntad política, compromiso social y conciencia ambiental. No basta con recordar que existe; debemos exigir que se aplique con fuerza, que se controlen las fumigaciones, que se fomente la apicultura y que se sancione a quienes destruyen colmenas y hábitats. Las abejas no tienen voz para defenderse. Nosotros sí. Y si callamos, no solo ellas desaparecerán: también se irá con ellas la esperanza de un campo fértil, de alimentos diversos y de un aire puro. La ley ya nos marcó el camino en 1977. La pregunta es: ¿cuándo vamos a recorrerlo en serio? FOTO: Internet

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