lunes, 30 de julio de 2012

El maestro Perbono

Martes, 13. -Me parece que ayer dije una tontería. Sí; porque obré muy de ligero al comparar al señor Perbono con el maestro del cuarto Curso y estimarle menos simpático. Pero creo que cada cual lo es a su manera...Hoy, al iniciar la primera clase del año, nos ha dicho: -Escuchadme bien, por favor.Hemos de pasar juntos un año. Procuraremos pasarlo lo mejor posible, ayudándonos mutuamente en la tarea que nos es común: la del estudio. Sed buenos conmigo, y tendréis en mí a vuestro mejor camarada. Yo no tengo familia. El año pasado murió mi madre, y ya no espero del mundo otro amor que el vuestro, el que os pediré como si fuérais mis hijos. Demostrad que también vosotros tenéis corazón,que sois mi única familia, mi consuelo y mi orgullo. No os pido palabras, porque sé que en el fondo de vuestros espíritus estáis de acuerdo conmigo. Os lo agradezco, y... El señor Perbono ha tenido que interrumpirse porque un chico del último banco estaba haciendo tonterías. El maestro se ha acercado a él y, cuando todos esperábamos que le castigase, le ha tomado de la barbilla para mirarle unos granos de la frente, y le ha dicho: -Conviene que te vea el médico. Y esto que estabas haciendo, no lo vuelvas a repetir,¿entendido? El muchacho le ha perdido perdón llorando; y el señor Perbono, después de besarle en la mejilla, ha vuelto a su pupitre para dictarnos los primeros ejercicios del Curso. ¿Verdad que estaba yo equivocado con mi nuevo maestro?
 Del Libro Corazón de Edmundo de Amicis

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