martes, 26 de agosto de 2014

Abandono y desinterés




    El domingo pasado me sentí impotente.  ¡Cuántos  monumentos históricos de nuestro país se encuentran destruidos y caen en pedazos! 
En la Estación Ybytymi: destrozos y bosta.
Estación Félix Pérez Cardoz
    La Estación Félix Perez Cardozo, antigua Estación Hyaty fue el primer lugar visitado: el techo destartalado y con las vigas expuestas al sol y a la lluvia  es un pequeño coloso que se resiste al olvido. Lo que en otros países se conserva con primor para contar la historia a generaciones futuras, aquí se destruye y se condena al abandono y a la decadencia. El local sin puertas y sin ventanas es un esqueleto que perdura y que quiere contarnos hechos  de trenes  antiguos que con su labor diaria trajinaban  con sueños y realidades.

Estación Ybytymi
     Más adelante llegamos a la Estación Ybytymi, ahí recordé una canción del folclore uruguayo llamada “Del Templao” del autor Rubén Lena donde dice “…que ahora sirve de echadero donde descansa el ganao” sí, era como un establo antiguo, pues estaba lleno de bosta de vaca regada por todo el piso. Sus paredes gruesas y descascaradas aún guardan magia, un encanto que al estado no le interesa conservar ni proteger. Siempre se habla de que faltan rubros para la cultura, sin embargo, en puestos públicos donde un jardinero de Itaipú  gana 5 veces más que un maestro, o un jefe de fotocopias del senado gana más que un investigador de la Universidad Nacional, nos revela que no es que falten rubros, simplemente es una desfachatez, una falta total de vergüenza de esa manga de atorrantes que están al frente de este país. 
Estación Caballero

Al llegar a la Estación Caballero mi ánimo cambió, me sentí alegre, pues en el edificio bastante bien conservado funciona el Centro Cultural Guavirá Poty. Quiere decir que si se quiere se puede.¿ Por qué las otras estaciones no se conservan así? ¿Por qué el Estado espera tanto para destinar fondos para conservar el Patrimonio Cultural? Para gastos superfluos  de campañas políticas siempre hay plata, para quemarla en fuegos artificiales repiqueteando al son de bandas musicales también, pero para lo que realmente importa nunca hay. Bueno... ¡que puede esperar la cultura si para lo esencial como lo son la salud y la educación se pasan recortando presupuestos!
Centro Cultural Guavirá Poty

    Seguimos nuestro camino y llegamos a la Estación Sapucay, muy importante  porque allí funcionaban  los Talleres y se asentaba la “Villa Inglesa” con técnicos venidos de Inglaterra encargados de mantener las vías y los trenes ( hoy de la villa se rescatan algunas construcciones en pie completamente destartaladas).
En la entrada, apenas un funcionario que cobraba por la visita. Ningún guía para llevarnos a recorrer lo que hoy es el taller - museo y una casa- museo que guarda reliquias, asientos de trenes, libros, y otros artefactos de valor histórico. Sin embargo allí tampoco había cuidador o persona que resguardase esos bienes patrimoniales. Varios visitantes recorrían el lugar, con niños que toqueteaban todo y adultos sentándose en lugares prohibidos, simplemente  para sacarse fotos. Mi ánimo volvió a decaer.
Al salir le dije al funcionario-cobrador si allí no había alguna persona encargada de cuidar las reliquias del museo y me dijo que no, a ellos ya se le dijo mucho pero no hacen caso, refiriéndose a las autoridades de la Secretaría de Turismo.
Si yo hubiese querido traer de allí boletos viejos de tren, botellitas antiguas o cualquier otro objeto, podría haberlos sustraído y nadie se hubiese percatado. Las historias que guardan esos objetos podrían quedar en manos de coleccionadores privados o de cualquier niño que las tomó como si fuesen un objeto cualquiera y después irían a parar a la basura. Ojalá que algún día tengamos una autoridad que solucione los problemas del presente y que proteja el pasado, para conservar  la historia.
Si esa falta de cuidado e interés  por nuestro patrimonio cultural  sigue así, ojalá que el Brasil no devuelva nunca los trofeos de guerra que pertenecen al Paraguay, por lo menos allá todavía existen, quizás si estaban por acá ya se hubiesen destruido o  estarían  adornando la sala de algún coleccionador privado o del mejor postor.
Estación Sapucay
Estación Sapucay